
Hace 43 años, el mundo se detuvo tras el asesinato de uno de los íconos más importantes del siglo XX.
El 8 de diciembre de 1980 afuera del edificio Dakota en Manhattan, Nueva York, se llevaría a cabo uno de los sucesos más relevantes de la década de los 80’s: El asesinato de John Lennon a mano de uno de sus fans, Mark David Chapman.
John Winston Lennon nació en la ciudad de Liverpool, Inglaterra, el 9 de octubre de 1940. Fue un músico, compositor y activista del movimiento pacifista. Lennon es reconocido como el líder fundador de la mundialmente emblemática banda de rock “The Beatles”
“Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día”
John Lennon.

A 43 años de la tragedia, la influencia de The Beatles sigue moviendo a la sociedad, pero aún se siente un vacío en el mundo de la música.
Mark David Chapman
El asesino de Lennon, tenía 25 años y era empleado de un hospital en Honolulú. Hawai. Había sido fan de The Beatles toda su vida, por lo que decidió viajar a Nueva York para conseguir un autógrafo de John.
Horas después de haber logrado su primer objetivo, Chapman regresaría al edificio Dakota y abriría fuego contra el cantante a las 22:50 horas del 8 de diciembre de 1980. El agresor fue detenido en el lugar de los hechos, en donde confesaría su crimen.
Fue declarado culpable de asesinato y obtuvo una condena mínima de 20 años en prisión y a un máximo de cadena perpetua, pues Chapman tenía una obsesión con John Lennon y su crimen había sido planeado durante meses.

Hay quienes dicen que Chapman era un enviado del gobierno de Estados Unidos, para deshacerse del artista, pues su mensaje e influencia era tan fuerte en la sociedad que podría convertirse en una amenaza para el país norte americano.
Hoy, Mark David Chapman tiene 65 años y sigue en la prisión Estatal de Attica, un centro de máxima seguridad. Al asesino de Lennon se le ha negado la libertad condicional en 12 ocasiones.
“Creo que es el peor crimen que podría cometerse contra alguien que es inocente: no lo maté por su personalidad o por el tipo de hombre que era. Era un hombre familiar. Y un icono”.