Javier Aguirre ha desatado un torrente de especulaciones con su reciente convocatoria para los amistosos de la selección mexicana ante Estados Unidos y el Valencia de España.
Mientras el técnico busca consolidar su visión de juego, la inclusión de nuevos talentos como Germán Berterame y Obed Vargas se mezcla con el regreso de figuras veteranas como Guillermo Ochoa y Raúl Jiménez, planteando la pregunta: ¿realmente estamos ante un cambio generacional?
Los partidos se llevarán a cabo el 12 de octubre en el estadio Cuauhtémoc de Puebla contra el Valencia y el 15 de octubre en el Akron de Guadalajara frente a Estados Unidos.
El cambio
En este contexto, Andrés Guardado se destaca, no solo por su importancia en el equipo, sino por ser un homenaje a una carrera que dejó huella en el fútbol mexicano.
Guardado, quien defendió la camiseta tricolor en 179 ocasiones y anotó 28 goles, es un referente que cierra un capítulo importante en la historia del combinado nacional.
La llegada de Germán Berterame, naturalizado argentino que ha brillado en el fútbol mexicano desde su llegada en 2019, añade un matiz interesante a la convocatoria.
Con 58 goles en la Liga MX, su primer llamado promete ser un impulso fresco, pero su inclusión junto a Ochoa y Jiménez "dos jugadores que han sido parte del proceso anterior" crea una atmósfera de continuidad más que de cambio.
Ochoa, quien ha regresado a la actividad con el AVS de Portugal y Jiménez, que ha mostrado un resurgimiento en el Fulham inglés, son testimonios de la experiencia que Aguirre parece querer mantener en su estructura.
Esta mezcla de juventud y veteranía plantea la interrogante de si Aguirre está verdaderamente listo para dar paso a una nueva generación o si opta por la seguridad que brindan estos jugadores con amplia trayectoria.
La duda
¿Se vislumbra un cambio generacional real con la llegada de nuevos nombres?
¿El Vasco Aguirre prefiere fortalecer su equipo con viejos conocidos en momentos decisivos?
Con un plantel que mezcla caras nuevas y veteranos, los próximos encuentros serán cruciales no solo para evaluar el rendimiento individual, sino también para definir la identidad que Aguirre quiere establecer en su ciclo al frente del Tri.
La afición y los analistas estarán atentos, ya que los partidos de octubre podrían ser el preludio de una transformación o la reafirmación de un legado que, aunque honorable, podría estar en busca de un nuevo rumbo.