El 7 de septiembre de 2025, en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV canonizó oficialmente a Carlo Acutis, convirtiéndolo en el primer santo de la generación millennial. En el mismo rito elevaron también a los altares Pier Giorgio Frassati, joven católico italiano destacado por su entrega social.
El nombre y la fecha se habían confirmado previamente en el consistorio público del 13 de junio de 2025. La ceremonia, presidida por León XIV, fue seguida por decenas de miles de fieles. Entre 70 000 y 80 000 participantes según distintas estimaciones.
Un santo adaptado al mundo digital
Carlo Acutis, nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, creció en Milán hasta fallecer de leucemia en octubre de 2006, con apenas 15 años. A pesar de una vida breve, se distinguió por su profundo compromiso religioso. Iba a misa diaria, realizaba adoración eucarística, y se formaba intensamente en seminario catequístico.
Fue pionero en evangelizar a través de la tecnología: diseñó un sitio web donde documentó numerosos milagros eucarísticos a nivel global, ganándose el apodo de “el ciberapóstol” o “el influencer de Dios”.
Caminos acelerados hacia la santidad
El proceso de canonización fue notablemente rápido. Carlo fue declarado “venerable” en 2018.
En 2020 lo proclamaron "beato" después de que se le reconociera un primer milagro (curación de un niño en Brasil). Luego, un segundo milagro (la recuperación de una joven estudiante costarricense tras un fuerte traumatismo craneal).
Inicialmente, su canonización estaba programada para el 27 de abril de 2025, durante el Jubileo de los Adolescentes. Sin embargo, tras el fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de ese año, pospusieron el ritual.
La nueva fecha final para la canonización se anunció el 13 de junio de 2025, y la ceremonia se celebró el 7 de septiembre de 2025.
Legado tangible
El cuerpo de Carlo se encuentra en Assisi, vestido con ropa moderna: jeans y zapatillas, lo que ha llamado la atención por su cercanía con la juventud actual. Su corazón y otras reliquias son objeto de veneración móvil, y su tumba se ha convertido en un sitio de peregrinación.
La ceremonia contó con la presencia de su madre Antonia y sus hermanos. Una de las lecturas de la misa la hizo su hermano menor, Michele.




