En octubre de 2025, se dio a conocer que Alejandro Landero se encuentra viviendo en situación de calle en la Ciudad de México y generó conmoción entre el público y la comunidad artística.
Vecinos de la Colonia Condesa, específicamente en la calle Mazatlán entre Juan de la Barrera y Agustín Melgar, hicieron pública su situación a través de un video compartido en redes sociales.
Según estas fuentes, Landero ha pasado al menos tres noches durmiendo en la intemperie debido a la pérdida de su vivienda. Lleva consigo a sus mascotas: cuatro gatos y una perrita, a los que no desea abandonar.
Los vecinos señalan que la causa de esta situación se relaciona con perder su fuente de ingresos y no poder pagar la renta.
Lo que hace aún más complejo el panorama es que, de acuerdo al actor, él padece autismo y TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), lo cual podría agravar los retos personales y laborales a los que se enfrenta en esta etapa.
¿Ha recibido ayuda? La comunidad se moviliza
Tras la difusión de su situación, vecinos y usuarios de redes sociales han comenzado a movilizarse para brindarle apoyo.
La cuenta @LaRomaMex (dedicada a la colonia Roma/Condesa) compartió la ubicación y el llamado de auxilio para Landero y sus mascotas. Algunas personas han ofrecido alimentos, ropa, croquetas para los animales y la posibilidad de un alojamiento temporal de hasta un mes, para que el actor pueda estabilizarse.
No obstante, hasta la fecha de los reportes no se ha confirmado un apoyo institucional formal que le garantice una vivienda estable o un ingreso sostenible. El actor mismo expresó gratitud por la ayuda vecinal, pero sigue requiriendo un techo permanente.
Una carrera que fue promesa
Alejandro Landero se convirtió en un rostro conocido de las telenovelas mexicanas en las décadas de los 80 y 90. Pese a que mantiene de manera discreta su vida personal, distintos medios han reconstruido sus participaciones más relevantes dentro de la pantalla chica.
Su debut relevante se registra en la telenovela Blanca Vidal (1982), donde aparece en un papel que le abrió camino en el género melodramático televisivo.
Participó en Vivir un poco (1985) y en Monte Calvario (1986), acumulando visibilidad en Televisa. Su mayor reconocimiento lo obtuvo con Rosa Salvaje (1987-1988), donde interpretó al personaje Rigoberto “Rigo” Camacho, junto a Verónica Castro y Guillermo Capetillo.
También figura su participación en Pasión y Poder (1988), en la que encarnó a Federico Gómez Luna, consolidando su perfil como galán juvenil.
Durante esos años, Landero fue considerado parte de una generación que caracterizó el melodrama televisivo mexicano. Sin embargo, su trayectoria artística perdió visibilidad con el paso del tiempo, al igual que sucede con otros intérpretes de su generación.




