Celaya, Guanajuato
En medio de la celebración guadalupana, las historias de fe vuelven a darle sentido a este 12 de diciembre, donde la devoción se convierte en testimonio vivo entre familias celayenses. En esta fecha marcada por la esperanza, creyentes como José Antonio y Jesús comparten vivencias que unen tradición, gratitud y la certeza de que los milagros siguen presentes en la vida cotidiana de quienes acuden con el corazón abierto.
“Mi niño y yo, en agradecimiento a la Virgen por el milagro de que mi niño cuando nació venía sentadito, estuvieron que preparar a mi hija y su pie lo traía torcido, lo traía mal, fueron como unos dos años o más o menos de tres de tratamiento de su pie para que quedara bien, somos gente muy tradicional nosotros, yo tengo 43 años saliendo en el barrio del Zapote en las Tres Caídas, soy custodio de la Virgen de la Asunción y señor de la Cremencia.
¿Qué significa para usted portar esta cinta?
Para mí es un gusto, un orgullo, porque vuelvo a repetirle, venimos con mucha fe a darle gracias a la Virgen del milagro que me hizo para mi niño.¿También para su mamá tuvo alguna complicación que la Virgen la haya intercedido?
José Antonio Lara Rodríguez, Creyente
Sí, porque de hecho a mi hija del seguro me la sacaron del seguro a las 2 de la mañana, no me la hicieron nada y anduvimos consiguiendo dinero para poderla operar aquí en una clínica particular, entonces para ella no se podía dormir ya, estaba…”
Ambos relataron experiencias profundamente personales que, aunque distintas, coinciden en un mismo sentimiento: la intercesión que atribuyen a la Virgen en los momentos más difíciles. Desde la recuperación de un hijo que nació con complicaciones y enfrentó años de tratamiento, hasta la salvación de un joven cuya salud estuvo en riesgo, sus palabras reflejan no solo el alivio ante la adversidad, sino la fuerza espiritual que los sostuvo. Para ellos, la fe se manifiesta en gestos que transforman angustias en agradecimiento y fortalecen los lazos familiares y comunitarios.
“Le hacemos los rosarios todos los días, los 46, lo andamos de peregrina en nuestra calle, con los vecinos, ellos nos acompañan todos los años, ya tenemos varios años haciendo esto, es algo muy bonito y lo comparto con toda mi familia, que me acaba, bueno ahorita ya mi hijo goza de una buena salud, estuvo a punto de irse, le pedimos mucho a la Virgen, mi hijo, le dio una enfermedad de la garganta, pero se le complico con varias otras cosas y la verdad si ya se me andaba yendo mi muchacho”
Jesús Obregón, Creyente
Con rosarios, peregrinaciones y tradiciones que han pasado de generación en generación, estos devotos celebran un día que para muchos representa protección, compañía y esperanza renovada.
En sus voces, la alegría por las bendiciones recibidas se mezcla con el deseo de que más personas se acerquen a la fe, valoren sus raíces y mantengan viva la enseñanza de quienes les transmitieron esta devoción. Cada historia, cargada de emoción y gratitud, refleja la manera en que Celaya vive y abraza este 12 de diciembre.




