Después de más de tres décadas de rugidos, luces y batallas sobre el cuadrilátero, el Cibernético comienza a planear su despedida del ring. El legendario rudo mexicano, conocido por su carácter indomable y su imponente figura, ha decidido que 2028 será el año en que colgará las botas, marcando el final de una de las trayectorias más intensas y polémicas de la lucha libre nacional.
Durante más de treinta años, el “Main Man” ha sido sinónimo de espectáculo. Su sola presencia en el ring despertaba tanto admiración como temor. Con su estilo provocador y su personalidad desafiante, Cibernético no solo ganó títulos, sino que también construyó un personaje que rompió moldes dentro del pancracio mexicano.
En entrevista reciente, confesó que ya piensa en el final de su carrera, y que quiere cerrar su ciclo con serenidad, pero también con una huella tangible fuera del ring.
“La estamos haciendo poco a poco, ya llevamos un 50 o 60 por ciento. Es tierra de dioses, y quiero que también sea tierra de grandes eventos”, comentó el luchador de 50 años”
El recinto, que tendrá capacidad para dos mil personas, no solo albergará funciones de lucha libre, sino también conciertos y espectáculos de todo tipo. Aunque aclara que no busca convertirse en promotor, su intención es clara: crear un espacio de primer nivel que honre la pasión por el espectáculo.
“Queremos hacer las instalaciones chingonas para que no haya queja, que sea algo chido, para rentarla para todo tipo de eventos. Yo no quiero hacer luchas, quiero rentarla para que hagan luchas”
Para el Cibernético, este proyecto es más que un negocio: es una manera de seguir conectado con la energía del público sin necesidad de subir al ring. Aun así, reconoce que sigue en la búsqueda de algo más profundo.
“Para vivir está bien, pero todavía quiero encontrar eso que me llene como persona cuando deje la lucha”, confesó con sinceridad.
Así, mientras el Main Man prepara su retiro y edifica su nueva arena, también construye un nuevo capítulo en su vida: uno donde la fuerza, la disciplina y la pasión sigan siendo sus aliados, pero esta vez fuera del cuadrilátero.




