Redacción: Angie Subías
En una noche cargada de emociones y sentimientos encontrados, el mundo de la lucha libre fue testigo del adiós definitivo de una de sus figuras más emblemáticas: el legendario John Cena. El ídolo de generaciones cerró oficialmente su carrera profesional ante miles de aficionados. Ellos acudieron para presenciar un momento histórico.
Tras 20 años de trayectoria y una carrera marcada por la entrega absoluta dentro del ring, el 17 veces campeón mundial disputó su último combate en el evento Saturday Night’s Main Event. Este fue celebrado en el imponente Capital One Arena de Washington. El escenario fue testigo del final de una era que marcó a la WWE y al entretenimiento deportivo a nivel mundial.
El último evento
En un combate intenso y equilibrado, Cena se enfrentó en un duelo de revancha ante el “General del Ring”, Gunther. Desde los primeros instantes, el austriaco impuso su poderío físico con castigos severos y lazos al cuello. Estos pusieron a prueba la resistencia del ídolo, dejándolo visiblemente afectado ante la mirada atenta del público.
Impulsado por el rugido ensordecedor de la afición, el llamado GOAT encontró fuerzas. Así se mantuvo en pie y ejecutó su emblemático Ajuste de Actitud, desatando la euforia en la arena. A petición del público, Cena realizó por última vez su inconfundible “You can’t see me”. Este gesto se convirtió en símbolo de su carrera y resonó como un homenaje colectivo a su legado.
La batalla se extendió fuera del ring, llegando hasta la mesa de comentaristas. Gunther buscó imponer su dominio, pero Cena respondió de manera sorpresiva y lanzó a su rival contra la mesa. Esto provocó una explosión de júbilo entre los asistentes que soñaban con una última victoria del ídolo.
De regreso al cuadrilátero, ambos luchadores mostraron su deseo de triunfo, aunque el desgaste físico era evidente. La intensidad del combate contrastaba con el cansancio reflejado en sus rostros, anunciando un desenlace inevitable.
El final inesperado
El nacido en Boston fue sometido por Gunther mediante una llave de rendición. Cena intentó resistir, aferrándose al orgullo y a la ovación del público. Sin embargo, finalmente no fue suficiente. Al tocar el brazo de su rival, puso fin a su carrera profesional, cerrando así uno de los capítulos más importantes en la historia de la lucha libre.
Tras el combate, Cena permaneció en el centro del ring recibiendo una ovación interminable por parte del público y de diversas figuras reconocidas del deporte. En un gesto cargado de simbolismo, dejó sus tenis en medio del ring. Así se alejó entre aplausos y muestras de agradecimiento, despidiéndose definitivamente de los encordados.
Aunque el desenlace no fue el soñado por muchos y dejó un sabor agridulce entre los aficionados, el legado de John Cena trasciende cualquier resultado. Su nombre quedará grabado como el de un luchador que representó esfuerzo, disciplina y lealtad. Su historia seguirá inspirando a futuras generaciones dentro y fuera del ring.




