A mediados de agosto, Estados Unidos desplegó tres buques destructores con misiles en aguas cercanas a Venezuela. La justificación del presidente estadounidense, Donald Trump, giró en torno a combatir la amenazas de los cárteles de la droga latinoamericanos.
Las medidas se tomaron no solo por la lucha contra los cárteles venezolanos, fue también por la suma de sanciones y rupturas entre ambos países tras las elecciones de Venezuela. Estados Unidos no reconoce oficialmente la “victoria” de Nicolás Maduro como presidente y apela también a las acusaciones de vínculos criminales del mandatario.
Este despliegue naval alertó al gobierno de Venezuela, por una supuesta amenaza de invasión. A través de los medios a su alcance, invitaron a los ciudadanos a enlistarse ante una posible “guerra” con Estados Unidos.
Estados Unidos sí atacó
Luego de días de incertidumbre, Washington llevó a cabo un ataque letal contra una lancha que supuestamente transportaba drogas vinculadas al grupo criminal Tren de Aragua en el Caribe.
Este hecho marcó un salto en la postura de Estados Unidos y abrió un debate legal y geopolítico sobre el uso de fuerza militar en la región. El despliegue adicional de activos militares al norte de Venezuela y el lenguaje de “narco-terrorismo” también encendieron alarmas de Latinoamérica.
A través de su red social, Truth Social, Donald Trump anunció el fallecimiento de 11 personas en este inusual operativo y recalcó que ocurrió en aguas internacionales.
“El ataque ocurrió mientras los terroristas se encontraban en aguas internacionales transportando narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos. Ninguna fuerza estadounidense resultó herida en este ataque. Por favor, que esto sirva de aviso a cualquiera que esté considerando traer drogas a Estados Unidos”
Por su parte, Maduro dijo que su país estaba en “máxima preparación” y listo para responder si era atacado por las fuerzas del gobierno estadounidense.
“Ante esta máxima presión militar, hemos declarado máxima preparación para la defensa de Venezuela. Es una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal y sangrienta”.
¿Qué ocurre tras el ataque?
Este 5 de septiembre, el presidente Trump ordenó el envío de 10 cazas furtivos F-35 a Puerto Rico. Esto para reforzar las operaciones militares contra los cárteles del Caribe.
Por parte de Venezuela, dos aviones F-16 realizaron sobrevuelos cerca del destructor estadounidense USS Jason Dunham, en aguas internacionales. El gobierno estadounidense calificó este hecho como una maniobra “altamente provocativa”. Washington advirtió a Caracas de no interferir en sus operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo.
En respuesta, el presidente venezolano ordenó la activación de la Milicia Bolivariana y de reservistas voluntarios. Convocó a más de 8 millones de personas. La movilización incluye “unidas comunales de defensa” y será organizada vía la plataforma estatal Sistema Patria.





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