La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció luego de que pidieran su salida tras el intento de asesinato de Donald Trump.
Cheatle enfrentó duras críticas de republicanos, demócratas y de legisladores furiosos por su falta de voluntad para responder preguntas sobre las fallas de seguridad en el mitin del republicano en Butler, Pensilvania.
La ex directora dijo a los miembros del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que el ataque fue el “fallo operativo más significativo” del Servicio Secreto en décadas.
Su promesa de rendición de cuentas hizo poco para calmar los llamados a su renuncia. Varios demócratas del comité, incluido el miembro de alto rango Jamie Raskin de Maryland, se unieron a los republicanos para pedir su dimisión.
Las críticas se centran en no asegurar el techo de un edificio a 140 metros del escenario donde hablaba Trump, desde donde disparó el agresor.
La azotea fue declarada fuera del perímetro de seguridad del Servicio Secreto para el evento, decisión criticada por ex agentes y legisladores.
Cheatle ocupó un puesto de seguridad superior en PepsiCo durante 27 años, cuando Biden la nombró directora del Servicio Secreto en 2022.