Este 10 de diciembre el Comité Noruego del Premio Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado. El galardón reconoce su prolongada labor en favor de los derechos democráticos y la aspiración de una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela.
Sin embargo, la ceremonia no se desarrolló sin controversias. Infortunadamente, la ganadora no pudo recibir el premio en persona y en su representación estuvo a cargo de su hija.
Por otra parte, el gobierno venezolano reaccionó con abierta condena.
No llegó a Noruega
Aunque inicialmente se esperaba la presencia de María Corina Machado en Oslo, finalmente no viajó. El director del Instituto Nobel, Kristian Berg Harpviken, confirmó que no estaba en Noruega y que, en su lugar, sería su hija, Ana Corina Sosa, quien recogiera el premio.
La ceremonia se realizó en el Ayuntamiento de Oslo y presidida por los reyes de Noruega. Sosa Machado recibió la medalla y el diploma correspondientes al galardón. En su discurso, expresó el compromiso de su madre con la causa democrática y anticipó que pronto recibiría a su familia en la capital noruega, lo que simboliza la esperanza de la diáspora venezolana.
Durante la ceremonia, el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, dirigió un contundente llamado al gobierno venezolano para que acepte los resultados electorales y permita una transición pacífica hacia la democracia. Denunció las condiciones de represión en Venezuela, la migración masiva y la situación de presos políticos, considerándola una de las crisis más graves de derechos humanos en la región.
El hecho de que María Corina Machado no pudiera asistir a la ceremonia no fue fortuito. La dirigente se encuentra en paradero desconocido, luego de verse obligada a tomar la clandestinidad tras denunciar fraude electoral en 2024.
Pese a la situación adversa, su hija y su familia asumieron la representación, reforzando simbólicamente que el reconocimiento no solo honra a una persona, sino a un movimiento en favor de las libertades civiles y políticas en Venezuela.
Gobierno venezolano rechazó el Galardón
La reacción del Ejecutivo de Nicolás Maduro fue de rechazo inmediato. A través de declaraciones oficiales, el gobierno calificó a María Corina Machado con epítetos y la acusó de promover una intervención extranjera en Venezuela.
Maduro se refirió a ella con términos peyorativos, en un intento por desacreditar tanto a la persona como al valor simbólico de la premiación. Según sus declaraciones, un “90 % de la población” rechaza a quien llama “bruja demoníaca”, aunque no presentó datos que avalaran tal afirmación.
El rechazo oficial se acompaña de un relato interno que busca minimizar la legitimidad del premio, presentándolo como una maniobra de “la ultraderecha internacional” o una injerencia en la soberanía venezolana. Así, el gobierno pretende neutralizar no solo la figura de Machado, sino también el impacto mediático y simbólico del galardón.
Por otra parte, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, consideró que el Nobel de la Paz otorgado a Machado es un "premio manchado en sangre".
"¿Quiénes se congregaron en ese premio? Los que han levantado la mano a favor del genocidio contra el pueblo palestino. Allí fueron a aplaudir un premio sangriento (…). Los genocidas que fueron al Nobel de la Paz realmente lo que hicieron fue desprestigiar un premio que está bien desprestigiado ya"




