Ciudad de México
Redacción: Carlos Lara
En un ambiente de profunda solemnidad y emoción, millones de peregrinos arribaron a la Basílica de Guadalupe para conmemorar el 494 aniversario de la aparición de la Virgen en el Tepeyac. Desde distintos rincones del país, familias enteras caminaron kilómetros para cumplir sus mandas, llevando consigo flores, imágenes y plegarias que reflejan la fuerza de la tradición guadalupana.
Entre los testimonios, destaca el de Jorge, estudiante de enfermería, quien compartió que va de rodillas para pagar una manda y así nos lo cuenta:
“Es una manda que esto pagando… poder lograr pasar un cuatrimestre… adorar y agradecer a quien tanto nos ha ayudado!
JORGE / ESTUDIANTE DE ENFERMERÍA
La devoción también se hizo visible en Adela, quien pidió salud para toda su familia. Su manda fue recorrer la Calzada de los Misterios también de rodillas, un acto de sacrificio que refleja la intensidad de la fe y la esperanza que inspira la Virgen de Guadalupe. Cada paso, cada lágrima y cada oración se convirtieron en testimonio vivo de la unión espiritual que congrega a millones.
“La manda que estoy pagando es que a mi mamá la operaron… en Tlamamulco, Pasuco”
ADELA / AMA DE CASA
La celebración guadalupana no es solo un acto religioso, sino un encuentro nacional que reafirma la identidad y la espiritualidad de México. La Basílica se transforma en un santuario de gratitud y esperanza, donde la fe se expresa en silencio solemne, en cantos colectivos y en gestos de sacrificio que trascienden generaciones.
En este aniversario, la Virgen de Guadalupe vuelve a ser el faro espiritual que guía a millones, recordando que la devoción y la fe son pilares que sostienen la esperanza de un pueblo entero.




