Un antiguo reloj de bolsillo de oro, que perteneció al pasajero de primera clase Isidor Straus quien murió cuando el Titanic se hundió el 14 de abril de 1912 acaba de ser vendido en una subasta por una cifra récord.
El reloj fue un regalo que Straus recibió en su cumpleaños número 43, en 1888. Fabricado por la casa relojera Jules Jurgensen en oro de 18 quilates, la pieza fue recuperada del cuerpo de Straus tras el naufragio.
Lo más significativo de esta historia es que las agujas del reloj se detuvieron a las 02:20 a.m., la hora exacta en que se hundió el Titanic. Ese detalle convirtió al artefacto en un símbolo palpable del desastre.
Un precio récord para un relicario del pasado
La venta del reloj superó 1.78 millones de libras (equivalente a unos 2 millones de euros), marcando el precio más alto jamás pagado por un objeto perteneciente al Titanic.
También en la subasta se vendieron otros objetos históricos, tales como cartas, listas de pasajeros y medallas vinculadas al rescate. Pero ninguno alcanzó el valor simbólico y económico de este reloj.
El legado de una historia humana
Isidor viajó con su esposa Ida Straus, ambos de avanzada edad, entre los pasajeros de primera clase. Cuando comenzó el hundimiento, a ella le ofrecieron un asiento en los botes salvavidas. Sin embargo, decidió no separarse de su esposo.
El propio Isidor se negó a subir antes que otros que según él, debían tener prioridad. Si te lo estás preguntando, si se trata de la misma pareja que James Cameron el director de la película Titanic, retrató falleciendo juntos en la cama de su camarote.
Para muchos, ese reloj no es solo un objeto antiguo: es un memorial tangible de amor, tragedia y dignidad en medio del desastre.
¿Quiénes fueron los Straus?
Isidor Straus nació el 6 de febrero de 1845 en Otterberg (Alemania). Su familia emigró a Estados Unidos en 1854.
Fue empresario y junto a su hermano copropietario de los almacenes Macy's en Nueva York. Tuvo participación también en la política estadounidense, siendo congresista en algún periodo.
Estaba casado con Ida Starus, quien nació como Rosalie Ida Blun el 6 de febrero de 1849 en Worms (actual Alemania). Tuvieron siete hijos.
En abril de 1912, los Straus viajaban como pasajeros de primera clase en el Titanic, de regreso a Estados Unidos. Cuando el barco chocó contra un iceberg y empezó a hundirse, los botes salvavidas se dieron primero a mujeres y niños. A pesar de su edad, a Isidor le ofrecieron un asiento en un bote. Él se negó, afirmando que prefería dejar el lugar a hombres más jóvenes. Ida, a su vez, se negó a abandonar a su esposo.
Tras el hundimiento, el cuerpo de Isidor fue recuperado días después, pero el de Ida nunca fue hallado.




