La celebración del Día de la Candelaria ha evolucionado hasta convertirse en una festividad con un enfoque festivo y emotivo, según la investigadora María Angélica Galicia Gordillo, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Actualmente, el Día de la Candelaria no solo conserva su esencia religiosa, sino que también tiene un impacto económico significativo.
La Confederación Nacional de Cámaras de Comercio estima que en 2025 generará más de mil 500 millones de pesos. Se impulsa la venta de tamales y atole, así como la confección de vestimenta para el Niño Jesús.
Origen del día de la Candelaria
Su origen se remonta a la época colonial, cuando los monjes ibéricos fusionaron tradiciones mesoamericanas con festividades españolas,. Combinaron rituales indígenas con la costumbre hispana de llevar velas a la iglesia.
El tamal se consolidó como un elemento central de esta celebración a partir de la tradición de la Rosca de Reyes. Galicia Gordillo explica que, tras encontrar la figura del Niño Jesús en la rosca, las familias asumieron el compromiso de ofrecer tamales, un alimento vinculado a la cosecha del maíz.
Fray Toribio de Benavente, Motolinia, promovió su inclusión en la festividad religiosa, fortaleciendo su arraigo en la cultura popular.