
Guanajuato
Corría el año de 1830, cuando por las noches de cualquier día de la semana, sobre las casas del Cerro de Cruz Blanca se escuchaba la bien educada y refinada voz de José Carpio. Un habitante de la zona, que entonaba piezas musicales de la época. Años más tarde fue inmortalizado con la construcción del jardín del cantador.
Para el inicio del mes de septiembre de 1861 dio inicio la construcción del jardín, que inicialmente fue nombrado como la Alameda. Pero José al ser conocido por todos los habitantes de la época, como “El Cantador”, desde entonces se le conoce de esa manera.
Así han pasado 153 años, próximo a cumplir 154. Fue el parque urbano más importante de la ciudad y uno de los sitios preferidos para labores de esparcimiento y recreación.

Su diseño se distingue del resto de los jardines de la ciudad. Es el único en contar con cuatro puertas de acceso, de acuerdo a los puntos cardinales, jardineras, fuentes, prados y canales.
El quiosco central de forma octagonal sostiene ocho columnas y un techado de estilo clásico. Es el principal punto de reunión de las personas que acuden a lo largo de todo el día. También por las noches, cuando la iluminación le da un tono de los tiempos en que fue construido.
De acuerdo con el historiador, José Luis Lara, en los años siguientes a su construcción se edificaron casas de campo. Estas eran muy parecidas a las de Tacubaya, en la Ciudad de México. Esto hizo del lugar un punto de atracción para las personas que buscaban pasar días de descanso y periodos vacacionales.