
Léon, Guanajuato
Una marea verde y morada inundo el primer cuadro de la ciudad de León, gritos de justicia, de no caminar solas, de sentirse seguras, de levantar la voz por las que ya no están.
Las exigencias también se plasmaron en pancartas, en hojas, en un pedazo de cartón.
Participantes también usaron su cuerpo como lienzo para escribir palabras de apoyo a las mujeres que por primera vez se sumaban al movimiento, o a quien decidió ya no callar más algún acto de acoso o abuso que vivieron en el pasado.
El punto de reunión fue el arco de la calzada, mismo que también se llenó de consignas, de un alto de la violencia contra las mujeres de cualquier tipo.
“Yo marcho para que mi sobrina crezca sin miedo, sin tener que esconderse de los hombres y porque sea libre en todos los sentidos, que tome sus propias decisiones y que confíe que siempre tendrá una tía que siempre la va a apoyar”.
María Páramo, participante
La marcha avanzó por todo López Mateos hasta llegar al parque Hidalgo, cada pared o sitio público en el que podían las participantes en su mayoría las del llamado bloque negro dejaban un escrito.
“Soy psicóloga infantil y marcho por todas las niñas que no han podido marchar porque son pequeñas y cómo todas las que estamos aquí marcho porque tengo mi propia historia”.
Participante, psicóloga infantil
En su paso se toparon con una cadena humana que intentó impedir que rayaran las bardas de la catedral de León, su intentó fue en vano.
La concentración llegó hasta la plaza principal ahí en conteo según la autoridad era de 10 mil personas, no sólo mujeres, también hombres que acompañaban a su madre, a su hermana o a su hija.
La marcha del 8M concluyó en León sin incidentes mayores según lo reportado por las autoridades.
Únicamente atendieron a 7 mujeres por deshidratación, crisis nerviosa y malestar general. Sólo una mujer fue llevada al hospital por presentar convulsiones.