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Celaya, Guanajuato
Celaya busca financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para dos proyectos de infraestructura clave
- Construcción del puente elevado en avenida México-Japón, como continuación del distribuidor vial tecnológico
- Un puente en el acceso oriente de la ciudad, en la glorieta de los fundadores.
El costo estimado de ambas obras es de entre 500 y 600 millones de pesos.
La necesidad del puente en el acceso oriente se fundamenta en problemas viales recurrentes, especialmente en la zona de la Nissan, donde los constantes accidentes han evidenciado deficiencias en la infraestructura actual.
El BID establece requisitos específicos para acceder a financiamiento, como contar con una población mínima de 800 mil habitantes y presentar proyectos ejecutivos concluidos.
En respuesta, Celaya ha promovido un hermanamiento con San José Iturbide para cumplir con los criterios de elegibilidad. Además, se han integrado diversas iniciativas en una carpeta de proyectos por 2,600 millones de pesos, priorizando aquellos con estudios completos.
El proceso implica el envío formal de la propuesta el 15 de febrero, la evaluación en junio y la posible asignación de recursos en julio.
“Yo no quería meterlo porque hay muchas más necesidades, pero también nos piden proyectos ejecutivos terminados. Entonces, si ya está el proyecto ejecutivo y no vamos a desviar, entre comillas, dinero de nosotros en esas grandes obras para quitárselos a las pequeñas, entre comillas, obras, pues lo metemos y metimos otros que tenemos ya.
¿Hay más puentes en estos proyectos, alcalde?
Dos, dos serían, dos puentes principalmente hay, que son como 500 millones o 600 millones de pesos de esos dos puentes, pero los mandamos al BID, los mandamos al BID, al Banco Interamericano de Desarrollo.”
Juan Miguel Ramírez Sánchez, presidente municipal de Celaya
El esquema de financiamiento contempla la posibilidad de que los recursos sean otorgados a fondo perdido, lo que representaría un beneficio significativo para la ciudad.
La administración ha apostado por este mecanismo para no comprometer el presupuesto municipal en obras de gran magnitud. Y al mismo tiempo, destinar recursos propios a necesidades prioritarias como pavimentación y drenaje en comunidades.
La estrategia se inspira en experiencias exitosas de otros municipios que han utilizado fondos del BID para detonar su desarrollo urbano.