
Celaya, Guanajuato
En el Día de las Madres, las celebraciones tomaron distintas formas para honrar el legado, el amor y la enseñanza de las mujeres que han marcado generaciones.
Nayeli fue agasajada con desayunos, flores y regalos por sus hijos, nietas y yerno, en una convivencia familiar donde el afecto se expresó entre enchiladas, mañanitas y un ventilador para el calor.
Entre risas y abrazos, Nayeli vive la transición de ser hija celebrando a su madre, a convertirse ella misma en el centro de la fiesta como madre y abuela, reconociendo cómo el ciclo de la maternidad se renueva al ver a su hija recibir ahora los primeros regalos de su pequeña.
“Pues es un contraste muy, muy, muy bonito. Este, como dicen los abuelitos, siempre consentimos y si es cierto, ahora sí ya lo creo. Este, ahora sí que tengo tres hijos ya y es hermoso ser abuelita.
Pues le toca celebrar tanto a su mamá y también a su hija. ¿Cómo es que ha cambiado esto con los años?
Ha cambiado el hecho de que también me ha tocado ver madurar a mi hija y ahora también en su etapa de ser mamá. Ver que también su niña le entrega sus regalos del preescolar y pues es algo bien diferente.No estás acostumbrada a que te dan los regalos a ti y ahora verlo del otro lado de la generación.”
Nayeli
Mientras tanto, Laura celebró el 10 de mayo entre memorias y flores en el Panteón Sur. Cada año acude con su familia a honrar a su madre, su abuela y su suegra. Desde temprano limpian las tumbas, adornan con flores frescas. Pasan el día conviviendo frente al recuerdo de mujeres que, como su madre Josefina, marcaron profundamente su vida.
Laura rememora la fortaleza de una madre viuda que sacó adelante a siete hijos. Incluyendo a uno con síndrome de Down, y cuya enseñanza más firme fue el respeto.
“Mi madre era una mujer muy trabajadora y no le gustaba crear conflictos con sus hijos.
Era una mujer que toda la vida, ella quedó viuda muy joven y siempre nos sacó, ella nos sacó adelante. Somos seis hermanos y un hijo que mi mamá adoptó después de que falleció mi papá. Le regalaron a un niño que tiene síndrome de Down y mi mamá lo recogió y somos siete y ella nos sacó adelante, solita nos sacó adelante y era costurera, cocinera.
Mi madre a todos le hacía”
Laura
A través de su labor de madre y abuela, ella busca perpetuar esa herencia de dignidad, solidaridad y trabajo duro. Ambas historias reflejan cómo la maternidad se transforma y se perpetúa: Nayeli se reconoce en su hija como nueva madre, y Laura se ve a sí misma replicando el temple de la suya.
Para unas, la celebración es presencia y alegría; para otras, memoria y lágrimas. Pero en todas, persiste la imagen de una madre fuerte, amorosa y ejemplar, cuyo legado se honra cada día.