
Desde que asumió como papa en 2013, Francisco impulsó varias reformas y cambios profundos en la iglesia. La abrió al mundo entero, marcando un antes y un después en la historia católica reciente.
Inició con la reforma económica del Vaticano con la que buscaba una mayor transparencia en el manejo de fondos. En 2016 mediante su segunda exhortación apostólica post sinodal, “amoris laetitia”, propuso la apertura pastoral para integrar a la iglesia a parejas no casadas, personas divorciadas y vueltas a casar.
También impulsó la publicación de “vos estis lux mundi” en 2019 que obligaba a los clérigos a denunciar abusos sexuales y crear procedimiento para investigar obispos.
Apertura con la comunidad LGBTIQ+
Algunos de los cambios más significativos y relevantes que realizó el papa fueron aquellos relacionados con la comunidad LGBTIQ+ y brindar a las mujeres la posibilidad de asumir diversas funciones de liderazgo.
En su primer año como papa lanzó su famosa frase “¿Quién soy yo para juzgar?” refiriéndose a los homosexuales que buscan a dios. Posteriormente realizó diversas acciones para pedir respeto y acogida para las personas de la comunidad LGBTIQ+.
Buscó la aceptación de la unión civil entre parejas del mismo sexo por su derecho a formar una familia y permitiendo al Vaticano bendecir parejas como acto pastoral y de inclusión. Aunque esto sin modificar la doctrina sobre el matrimonio.
Inclusión de mujeres líderes
En el caso de la inclusión de las mujeres, entre 2016 y 2024 nombró a mujeres en cargos de responsabilidad en el Vaticano, en áreas tradicionalmente reservadas a clérigos como:
- Subsecretaría de estado
- La primera mujer con derecho a voto en el sínodo de los obispos.
Abrió también la posibilidad a que mujeres puedan ser lectoras y acólitas de forma oficial en las celebraciones litúrgicas. Publicó tres encíclicas en que reflexionó sobre la fe.
Entre otras acciones, hizo un llamado al cuidado del medio ambiente y en medio de pandemia por coronavirus pidió por la fraternidad y amistad social.